viernes, 17 de junio de 2016

El primer viaje post- parto sola!! omaigá

Hace mucho que no escribo, más que nada por falta de tiempo. O más bien decidí tener menos tiempo para esto. Me encanta escribir en el blog y averiguar cosas y aprender, sin embargo, es inevitable que con el pasar del tiempo el hobby se vuelve una responsabilidad. Descansé un rato principalmente porque necesitaba dormir. No vamos a decir que dormí mucho o que me hice una cura de sueño ni nada de eso (ojalá fuera así), pero me dormí un poco más temprano estos días. Mi hijo que esta full experimentando la "independencia" que le da el caminar solito, llega más cansado a casa y algunos días se duerme a las 20 hrs. Impensado hasta hace poco que se dormía siempre entre las 22 y las 23 hrs. Ni hablar de cuando estaba recién nacido que se dormía a duras penas a las doce de la noche jaja..
Esta última semana estuvo marcada por el famoso viaje a Santiago, gracias por sus mensajes de apoyo psicológico a todo esto, me dieron mucho ánimo. Y lo necesitaba. El viaje finalmente se planeó como todas las cosas después de Pedro, sorpresivamente y sin pensarlo mucho. Justo mi amiga Estefa pasaría por Santiago y Jocelyn tenía fin de semana libre. Faltaba yo. Así que sin pensarlo mucho busque pasajes ( en avión para no perder horas valiosas viajando) y le dije a mi esposo que ya, era momento de viajar un par de días, que lo necesitaba. Mi marido obviamente me apoyó y bueno. Viajé no más.
Pero los días previos al viaje tenía esta sensación de mierda de alegría y culpa jajaja. Estaba con mariposas en la guata de emoción de ver a mis queridas amigas y me daba vueltas en la cabeza como lo haríamos con Pedro.
Resulta que las semanas previas al viaje pasamos por un etapa "charcha" como diríamos con mis amigas, porque yo estaba destruida con el asunto de la teta nocturna. Me encanta dar teta, lo he disfrutado al máximo, pero hubo un par de semanas donde Pedro despertaba demasiado en la noche y no dormí nada. Eso obviamente trajo como consecuencia las respectivas "caras de poto" y una disminución exponencial de la paciencia, con él niño y con cualquier otro ser viviente que estuviera en el camino. Nos tocó hora con el pediatra esas semanas y para probar le pedí consejo. Y me dijo " si quieres destetar en la noche, tienes que desaparecer, sino el niño sabrá que estas ahí, nada que hacer". Por supuesto yo ya sabía eso jaja. pero las mujeres tenemos este síndrome en el cual necesitamos que los demás nos digan que estamos haciendo bien, o nos reafirmen lo que pensamos.
Intentamos para iniciar el camino del destete, comprar leche de tarro para darle al bebé un relleno en la tarde, apoyándonos en la teoría de que los niños duermen más horas con el relleno ya que es más difícil de digerir. Súper confiados iniciamos la misión, pero grande fue la sorpresa cuando Pedro nos dejo bien claro que el relleno no es lo suyo. Simplemente no tolera la leche artificial. le provoca naúseas. Probamos sólo dos marcas, porque nos dio pena seguir torturándolo con el asunto. Para rematar el hecho de las naúseas con la mamadera le provocó tal rechazo que además de negar la leche, también no quiso más la mamadera, aunque tuviera leche extraída. Recibía leche solo con cuchara y finalmente rechazó toda la leche que no viniera en teta.
Entonces yo con pasajes comprados a Santiago, estaba muy preocupada por esto, pensando en que mi hijo moriría de hambre sin mi y que el viaje sería un desastre.
Pero finalmente conversando con mi esposo llegamos a la conclusión de que hambre no pasaría. la leche, sino la quiere tomar, se la puede comer en forma de yogurt, sémola con leche, flanes, etc. Y aún se puede seguir intentando darle leche extraída (que me queda bastante) durante la noche.
Llegó el día y a mi me costó irme, finalmente es verdad que es uno la que sufre más que el niño. porque estamos con exceso de "conciencia" de lo que estamos haciendo. En esos momentos pensaba que pucha que me habría venido bien ser menos "apegada", menos empática con la guagua. sentiría menos culpa de dejarlo sólo dos días ( y medio). Pedro nunca entendió que pasó y yo me despedí con lágrimas en los ojos.
Lo pasé muy bien, caminé tanto que me dolían las piernas como si hubiese corrido muchos kilómetros. Comí rico, vitrineamos todo lo que pudimos, compramos todo lo que pudimos jaja, hicimos un pijama party, donde probamos maquillaje y productos de belleza. Esto porque Jocelyn es seguidora de blogs de belleza y sabe muchos tips geniales de maquillaje. Dormí dos noches de corrido (despertando a las 8 de la mañana pff). Llevé mi extractor, para sacarme leche y mantener la producción. La leche la tuve que eliminar porque era mucho leseo traerla de vuelta a Temuco.
Me tomé un terremoto después de 2 años de no tomar alcohol, y sobreviví jaja. Conversamos mucho con mis amigas y nos sentimos casi como en los viejos tiempos, casi porque alas 12 de la noche nos caíamos de sueño jaja.
Para cuando volví Pedro seguía sin entender nada y me recibió con una gran sonrisa, yo llorando obvio, contaba los minutos para volver a abrazarlo y apenas llegué a casa le di a mi hijo dos tetas con sabor a cielo.
Mi esposo me comentó que el segundo día estaba muy cansado, a pesar que contó con la ayuda de los abuelos de Pedro, dijo que al final del día ya no tenía la misma disposición que él suele tener cuando llega del trabajo para jugar. Que esos días tuvo que hacer las cosas de la casa además de cuidar al niño  y claro eso cansa más. No pude evitar esbozar una sonrisa y decirle que estaba totalmente de acuerdo jajaja.
Hemos comentado harto con mi esposo después del viaje, sobre como la paternidad nos afecta. Como nos enfocamos tanto en ser buenos padres y nos olvidamos un poco de ser pareja, cuesta mantener un equilibrio. Creo que el viaje fue bueno porque descansé, principalmente mi mente. Me doy cuenta (un poco tristemente) que Pedro puede vivir sin mi un par de días, aunque mi esposo dice que me llamaba y que cada vez que sonaba la puerta, miraba atento para ver si era yo :) . Pero no se murió de hambre, ni quedo solo triste y abandonado sin nadie que le prestase atención. Mi esposo pudo experimentar un poquito de lo que es estar todos los días y todo el día con un hijo y todo lo que demanda (ojalá algún día nos pusiéramos nórdicos y tuviéramos post natal para los papás de un año como en esos países) 
Nos damos cuenta de lo importante que es mantener ciertas libertades y espacios en la parentalidad (existe esa palabra?) porque sino nos empezamos a odiar de a poquito. Que desde que tuve guagua no puedo salir,  no puedo dormir, no puedo comer tranquila, trabajo, limpio la casa, ahorro leche y nana y aún no veo mi monumento jajaja. Y nuestras parejas tienen que aguantar al niño y a la bruja jaja.
Pero bueno, nosotros elegimos ser padres y sabíamos lo que implica, decidimos dedicarnos al 100%,  pero probablemente no sabíamos que el 100% es en realidad el 200% o más. De aquí para adelante la entrega siempre es máxima si queremos criar con amor, y que para criar con amor debe existir amor en nosotros primero, como pareja. No somos una pareja perfecta y hemos atravesado momento muy complejos. Pero estoy contenta de que poco a poco vamos sorteando obstáculos y no obligados porque "hay que hacerlo por los niños", sino que porque nos queremos. Porque hay una historia detrás, porque vale la pena continuar, Porque Pedro es nuestra única manera de trascender en el universo (ya no inventé nada genial) y queremos que Pedro recuerde su infancia como un lugar luminoso lleno de besos y mimos.
He vuelto con mi corazón lleno de cariño de mis hermanas elegidas, tranquila porque tengo una pareja que se hace cargo cuando lo amerita y lo hace fantástico. Feliz de que aún estamos enamorados, nos necesitamos, nos deseamos, nos admiramos. Y más convencida aún de lo afortunado que es mi hijo de caer en nuestros brazos.

                                                                                                                                                                                                            

Con mis queridas en Santiago, en el famoso restaurant "La Piojera", tomándome mi primer trago después de 2 años.