lunes, 26 de diciembre de 2016

INTELIGENCIA MATERNAL

Hace unos días he quedado carbonizada del asombro cuando salió el estudio que habla acerca de como el cerebro de la mujer cambia en el embarazo para preparase para la titánica tarea de ser madre.
Y bueno, mi ñoñismo crónico y mi interés post- parto por la neurociencia y la psicología no me dejaron tranquila y me puse a buscar el estudio, para ver de que se trataba.
El estudio se hizo tomando en cuenta que los cambios hormonales que suceden a lo largo de la vida de la mujer, incluyendo los que ocurren en el embarazo, están muy bien estudiados, sin embargo, no habían estudios que observaran la existencia de cambios significativos en la estructura del cerebro de las mujeres que se convierten en madres.
Entonces, tomaron un grupo de mujeres que estaban en "campaña" para ser mamás y otro grupo "control" de mujeres que no tenían intenciones de ser madres (grupo para comparar) y se tomaron resonancias magnéticas a todas ellas para comparar las estructuras. Luego se separaron los grupos y esperaron pacientemente hasta que las del grupo que estaba en campaña, se embarazó. A las mujeres embarazadas se les tomó nuevamente resonancias para ir comparando si habían cambios con sus resonancias anteriores y compararlas con las mujeres del otro grupo (las que no querían tener hijos aún).
Además en paralelo se hizo lo mismo en dos grupos de hombres. Un grupo con hombres que estaban "esperando" guagua y otro grupo que no. Si aparecía algún cambio en el cerebro masculino de los que estaban esperando guagua, se podría entonces pensar que los cambios en el cerebro se deben a la "experiencia" de tener un hijo, o a la inminencia de la paternidad, y no al embarazo en sí. Se entiende?
Además se tomaron nuevas resonancias a las mujeres que fueron madres, dos años después de haber tenido la guagua para estudiar si los cambios se extendían en el tiempo (gran trabajo).
Los resultados son increíbles!. El cerebro de la mujer embarazada sufre una disminución de la materia gris en determinadas zonas que tienen relación con las habilidades sociales. En algunos artículos se habla de que las mujeres estamos más "despistadas" cuando nos embarazamos y somos madres. En mi lectura sobre el tema hablan de que las madres perdemos un poco la memoria a corto plazo. Me hace tanto sentido esto, porque yo era una persona que no necesitaba agenda, ni anotar fechas, ni horas de médicos, nada. Sin embargo, ahora soy terrible. Mi esposo se queja de que no le presto atención en algo que me cuenta, pero no es eso, simplemente no logro retenerlo. Pero esto tendría un sentido más práctico ya que en este periodo la mujer necesita enfocarse a las tareas propias de la maternidad y nuestro cerebro deja de lado lo que no es tan necesario almacenar. Yo puedo no acordarme de lo que comí ayer, o donde diablos dejé las llaves, pero si me acuerdo de todas las medidas que tuvo Pedro en su último control.
Esta disminución de la materia gris podría ser una nueva "poda sináptica" (algo que aprendí con la grandiosa Amanda Céspedes), que significa que nuestro cerebro elimina de manera selectiva algunas conexiones entre neuronas que están siendo poco ocupadas, de tal manera que la capacidad el cerebro esté disponible para reforzar otras conexiones que serán usadas en forma más frecuente. Es lo que sucede a nivel cerebral, por ejemplo, en la adolescencia. O sea es como actualizar las aplicaciones de nuestro smartphone. Tal cual.
El estudio demuestra disminución de la materia gris del cerebro de la futura madre en áreas de la corteza cerebral, pero no en regiones al azar, sino que en lugares que tienen un rol fundamental en los procesos sociales. Incluyendo zonas que potencian nuestra habilidad para predecir y comprender las conductas de otra personas, sus conocimientos, sus intenciones y creencias. Que mejor adaptación cerebral que potenciar un área que nos servirá para interpretar, comprender y responder a las necesidades de un bebé que no habla y que necesita toda nuestra atención?. Pucha que es perfecta la máquina humana!!!
Por otro lado se estudió si estas adaptaciones hacían alguna diferencia en el aspecto del cuidado materno. Se demostró que los cambios del volumen de la materia gris durante el embarazo puede predecir la calidad de la relación madre - hijo y la ausencia de hostilidad de la mamá hacia su guagua. Impactante!!.
En cuanto a la permanencia en el tiempo de estos cambios, se concluyó que estos se mantienen hasta alrededor de los dos años de vida del bebé. Coincidiendo con el término del famoso puerperio. Cuático!
En este estudio en particular no se observó diferencias significativas en la memoria de las mujeres embarazadas ni cambios en el ámbito cognitivo. Es decir, la disminución de la materia gris del cerebro en ningún caso significa que nos volvamos tontas ni menos capaces. Sino que estamos desarrollando un nuevo tipo de inteligencia, la inteligencia maternal.
Los cambios cerebrales eran también independientes del tipo de fecundación a través de la cuál quedaron embarazadas las mujeres del estudio. así que no influye si el embarazo fue en forma natural o con tratamientos de fertilidad.
Esta adaptación estructural, en conjunto con la gran tarea que cumplen las hormonas durante el embarazo, hacen que las futuras madres desarrollemos estos super- poderes que nos permiten hacernos cargo de la gran tarea de convertirnos en madres.
Nuestro cerebro se vuelve "multi task", o sea, aprendemos o reforzamos la habilidad de hacer muchas cosas a la vez sin morir en el intento.
Nuestro umbral de estrés se modifica y eso explica que nos vayamos "soltando" a medida que el embarazo y la maternidad avanza. Con todas la horas de sueño perdidas, cualquiera perdería la cabeza en el intento de criar hijos, pero nuestro cerebro se adapta a esa necesidad.
Nuestras habilidades sociales mejoran, aprendemos a leer mentes, caras y lenguaje no verbal, esto nos sirve para responder a las necesidades de la guagua que no hablará por un largo rato y además  nos sirve para hacernos las lindas y conseguir ayuda cuando la necesitamos.
Por último las mujeres en periodo post- parto nos volvemos más agresivas y protectoras con nuestras crías, somos capaces de pelear con quién sea para resguardar a nuestros pequeños y lo mismo pasa con la motivación para sobrevivir, buscar comida y refugio, que garanticen la supervivencia de nuestros hijos. En resumen nos volvemos más valientes.
Como conclusión de los artículos que leí y el estudio que se publicó, se puede evidenciar que en la maternidad nuestro cerebro se encuentra en un periodo de cambio y plasticidad que es muy importante y determinante en nuestro futuro como madres. Ahora me hacen sentido muchas cosas, con razón el periodo del puerperio es tan complejo, estamos viviendo cambios que no son sólo impresión nuestra, sino que ahora se comprueba que son cambios de estructura cerebral, que nos permiten hacernos cargo (en la mayoría de los casos) exitosamente de nuestros hijos.
Sin duda un mundo fascinante el de la neurociencia, que rico es poder aprender para comprender los cambios que nos ocurren y así tener herramientas para enfrentar la maternidad un poquitín más tranquila.

Dejo el link del estudio para las ñoñas jajaja... un beso...

Estudio sobre cambios cerebrales en el embarazo Nature Neuroscience

Jennifer Ravanal C.
Enfermera.
Monitora de Lactancia OMS-UNICEF

Imagen obtenida de la Web